viajando por las alturas |
Diciembre
me gusto pa que te vayas… decía aquella canción de hace muchos pero muchos
años; sin embargo ni se fue ni nada, ni modos, en general todo sigue su curso
normal, mi infaltable depresión decembrina, las ganas de festejar por los
suelos, creo que no hay duda, creo que estoy perdiendo las ganas y el sentido
del gusto por la vida y sus diferentes expresiones, creo que sólo ha aumentado
en forma gradual, por que cómo que nunca fue para mí algo esencial, eso de la
festejada, por más que quiero encontrar fondo y forma a todo esto , de verdad
que no puedo no lo encuentro, creo que simplemente no siento nada, tengo mis
broncas ¿será eso? ¿El stress? quien sabe, simplemente creo que está aumentando
mis niveles de falta de sensibilidad, pero bueno que se le va a hacer, para
combatir esta situación, en este mes de diciembre intenté incorporarme a las
actividades de los profesores, realmente como siempre como perro en columpio,
sin mucho sentido, lo que cabe destacar fue una visita que nos regalaron (y que
se agradece) a la hermana república de Puebla, en la cual terminó nuestro
festejo.
La onda estuvo de la siguiente manera, el día 21 por la mañana,
nos festejaron con un agradable desayuno en la misma escuela en donde estuvo de
lujo, muy bien, pudimos desayunar agradablemente diciendo al menos yo (siempre
mi ensarta de ocurrencias) y divirtiéndonos, todo transcurriendo de manera
normal.
Un poco más tarde abordamos nuestro transporte que nos llevaría a
nuestro destino final que era la Ciudad de Puebla, en realidad fue un transporte
muy cómodo y adecuado para la cantidad de gente que iba al viaje , las
instalaciones muy cómodas y todo en un ambiente muy agradable entre los
compañeros, entre administrativos, chefs y profes, y como ustedes saben hubo de
todo desde las bebidas espirituosas a base de cebada hasta aquellas de agave
que dependiendo de su destilación depende su clase y sus características, muy
ricas por cierto.
Una vez que llegamos a la ciudad de Puebla (quiero hacer un paréntesis,
porque en realidad siempre mi espíritu de viajero , vago e hippie, me habían llevado
a conocer las cosas pero sin planear es decir “ a como me lleve el viento” en
ocasiones no te permite conocer tal vez lo más básico pero no por ello lo más
importante ) como en realidad era una
visita bien guiada, pues hubo un cierto itinerario, la primera parada fue la
parte cultural en donde pudimos ver (por falta de tiempo) el planetario, el
museo de la evolución, y sobre todo se nos dio la oportunidad de viajar por el glorioso
teleférico, el cual realiza un recorrido de aproximadamente 600 metros , a una
buena altura, dándonos una buena vista de toda la ciudad en realidad lo que me
gusta mucho de la ciudad de Puebla, es que es un lugar muy limpio, y la verdad
se siente muy bien.
Ahí estuvieron tomándose fotos en un espejo espectacular donde te
tomas una foto y pareces que estas volando y te detienes en el espacio y
tiempo.
Una vez que salimos del recorrido en el teleférico, nos llevaron a
un nuevo mundo que la verdad no tenía ni idea de ello, los túneles, ni siquiera
tenía idea de que la ciudad estuviera llena de túneles, los cuales en realidad
me llamaron mucho la atención pues recorren toda la ciudad creando conexiones
entre las diferentes iglesias, en realidad entramos a un túnel que caminamos ,
la verdad yo sentí que como 50000 km (sólo fue medio kilómetro) muy
interesantes ya que al parecer fueron utilizados en el periodo colonial de lo
cual cuentan que lo utilizaba la gente pudiente para poder transportar sus
bienes sin andarse exponiendo ni a los ladrones ni a los cobradores de
impuestos(deberíamos de hacer más túneles en todos lados) la onda es que
entramos en una colonia del centro y salimos hasta las faldas de uno de los
fuertes de la batalla de Puebla en donde ahora se encuentra un parque muy
bonito y junto está el estadio Zaragoza por cierto en donde Queen vino a dar un
concierto en los años ochentas, que mala onda que no le fue también y más mala
onda por la gente que fue y que no supo disfrutar a uno de los mejores grupos
de la historia , pero en fin, por cierto salí en calidad de pez fuera del agua
tomando aire a bocanadas.
Para esto el sol estaba a punto de ocultarse, sin duda un buen
viaje, muy interesante, de ahí al restaurant a degustar un rico y nutritivo
buffet, el cual nos dio la oportunidad de probar el típico mole poblano, la
verdad muy rico, todo esto en un ambiente de cordialidad y de respeto bajo el
espirituoso calor de algunos tequilitas dobles todo muy rico.
Para finalizar el tour por el estado de Puebla, tuvimos un ratito
para visitar la gran catedral, que en realidad es monumental y que la verdad
impresiona mucho, para incorporarnos al transporte y de ahí a la villa iluminada de Atlixco que la verdad
pensé estaba más cerca , pero tardamos un poco en llegar debido al tráfico, al
llegar a este bonito lugar todo el centro de la ciudad lucía muy bien iluminado
muchos colores, la gente paseando con toda la calma del mundo y disfrutando del
paseo, yo por mi parte , me senté en una pequeña banquita y desde ahí vigilé
todo el panorama , tuve la fortuna de que una señora que vendía ese delicioso
ponche navideño se acercó hasta mi lugar y disfrute dicho ponche como nunca,
quiero agradecer el viaje a la Lic. ,Leticia Esquivel quien amablemente nos deleitó con estas actividades
y a mis compañeros por su presencia. Gracias mil
Salud.
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